Señor, ¿Cómo es que me has dado una tarea tan difícil ya? Todavía no es mi hora pero vos sos mejor juez que yo y sabes lo que es mejor. Te pongo todo en tus manos Padre Santísimo. Ay que dolor y pena siento Señor. ¿Hasta cuando permitirás que me desprecie mi Dios? Pero me siento honrado Señor poder sentir estos golpes y tristezas sabiendo que se juntan a tu sufrimientos. ¡Aleluya! ¡Alabado seas mi Señor! ¡Vos has declarado la victoria! ¡Bendito seas! Cantaré tus alabanzas Señor, día y noche proclamaré tu misericordia, porque has tenido piedad de tu hijo más pequeño. Glorificado seas Señor.
Posted on Friday, February 24, 1991
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment